El presidente del PRI, Alejandro Moreno, grabó con ventaja la llamada que tuvo con el senador Manuel Velasco, porque pretendía presentarse como el paladín de la democracia. Por otro lado, el secretario de gobernación, Adán Augusto López, está detrás de esos dos para realizar lo que Olga Sánchez Cordero no hizo, el manejo descarnado del poder.