Seguramente cuando ingresas a las redes sociales y revisas los perfiles de tus contactos piensas que sus vidas son más interesantes, más divertidas, más emocionantes que la tuya. Esas fotos te muestran que tu vida, de cierta forma, da un poco de asco.

En ti se desarrolla una creciente sensación de estar quedándote atrás. De pronto, empiezas a experimentar malestar, ansiedad y hasta miedo a la exclusión, a quedarte solo, a ser el último, a ser el único que está quedándose fuera.

Y así ingresas a un mundo, donde lo que haces, tienes y eres vale poco, uno donde los demás siempre se verán superior o mejore a ti. Bienvenido al mundo del FOMO o Fear Of Missing Out. Bienvenido al mundo de la eterna comparación.